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Lara es una chica de Barcelona con sangre irlandesa, americana y catalana que está a punto de irse a estudiar a Yale, y antes de volver a encerrarse a estudiar, decide comportarse como la joven que es y se va de vacaciones a Lucca, una ciudad de la Toscana, con sus dos amigos Taka y Thaïs. Allí participarán en un juego para frikis donde se van a requerir conocimientos sobre anime, una gran inteligencia, dotes de observación y habilidades varias, que les supondrá un buen dinero si ganan y un reto muy atractivo mientras están en ello. Lara conocerá a Kilian, que también participa en este juego (con su grupo Assassins Creed), y pronto se verán atraídos el uno por el otro. Las reglas del juego son... que no hay reglas, y una serie de acontecimientos inesperados provocarán situaciones peligrosas en las que miedos ocultos saldrán a la superficie.
Lena Valenti ganó el Premio Jaén de Narrativa Juvenil 2015 con esta novela que no es autoconclusiva, lo que me lleva a pensar que los jueces premiaron no sólo el argumento (que no sabemos cómo va a acabar) sino una idea original, una historia muy bien contada y la capacidad increíble que tiene la escritora de atrapar desde el principio.
En esta novela encontramos distintos niveles argumentales que convergen en la misma trama, aunque en un principio parezca que estemos leyendo informaciones que no están conectadas entre ellas. La que se distingue a primera vista es la relación entre los personajes: hay tramas amorosas (alguna camuflada) que nos van a llamar la atención y, equivocadamente, nos podemos quedar solamente con la idea de que es una novelita juvenil donde el chico malo con muchas horas de vuelo quiere seducir a la chica inocente.
El segundo nivel es el escenario friki en el que se va a desarrollar la novela. Este aspecto es meramente decorativo, porque, aunque hay muchas referencias al mundo anime y a otros ámbitos igualmente pensados especialmente para mitómanos, con los pocos detalles que Lena nos va proporcionando, tenemos suficiente para hacernos una composición de lugar, lo que nos lleva a pensar que no tiene un gran peso argumental. A pesar de ello, este escenario es necesario para conocer un aspecto básico de nuestros protagonistas, ya que esta va a ser su manera de gritarle al mundo "soy raro pero con estilo".
El tercer nivel, y quizás el más importante donde Lena despliega todo su arte literario, son los secretos que esconden todos y cada uno de los protagonistas. Se han conocido en diferentes situaciones y momentos, y por lo tanto, en principio, nada hace pensar que en su pasado haya un punto de unión, pero lo que sí que es cierto es que todos cargan con un gran peso en sus recuerdos, y desvelar paulatinamente sus secretos nos va a ir dando una idea de por dónde van los tiros en esta historia.
El primer capítulo, críptico y desconcertante, nos va a dar una pista esencial: hay un gran enigma y no sabemos cuál puede ser. ¿Quieres averiguarlo tú? Hay muchos detalles que te pueden acercar a la verdad.
Después de haber leído Desafíame no puedo más que reconocer que Lena Valenti puede con cualquier género literario que se proponga. Y esta historia young adult promete. Pero tiene tantos puntos por tratar, que no sé si habrá suficiente con una trilogía, quizás hemos tenido el privilegio de leer la primera entrega de una gran saga... Se lo preguntaré a la escritora y os lo contaré.
En fin, esta novela, como todas las de esta autora, te atrapará enseguida y te sumergirás en un mundo anime donde la fantasía lucha por escapar de los límites de la realidad y donde tres jóvenes, con una inteligencia absolutamente extraordinaria, se van a ver involucrados en acontecimientos inesperados que les obligarán a demostrar de qué son capaces.
¿Preparado? El juego empieza y el tiempo corre...
