23.9.15

Doce años y un instante. Anna Casanovas (reseña en castellano)


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Cecilia cumple 18 años y se escapa de la mirada atenta de su familia para reunirse en secreto con Sebastián. Sebastián está locamente enamorado de Cecilia y, aunque está muy falto de dinero, y que trabaja muchas horas para poder ahorrar e irse de su casa, le hace un regalo espectacular: una cámara fotográfica que demuestra que conoce el corazón de Cecilia, sus gustos, sus anhelos y sus esperanzas.

Sebastián necesita desde el fondo de su alma que Cecilia sea suya, pero cree que ella no entendería la profundidad de sus sentimientos y se conforma con un beso. Un primer beso. Dulce, sincero, tímido, precioso, que les muestra lo que sienten el uno por el otro. Intercambian palabras de amor. Promesas. Confianza. La noche más feliz de sus vidas. El comienzo de un cuento de hadas... que se convierte en una pesadilla. Al día siguiente Sebastián ha desaparecido. Nadie, ni su propia familia, sabe nada. Negación, desesperación, rencor, impotencia, dolor, desolación, resignación. La vida sigue. Han pasado doce años. Y un día aparece. De la nada.


Anna Casanovas transmite de una manera delicada y elegante una situación triste e incomprensible que vive una adolescente que ahora se ha convertido en adulta. El romanticismo suave y cercano hace que los sentimientos que se describen sean reales y creíbles.

La historia tiene elementos de intriga que no se desvelarán hasta el final del libro. No sabemos qué esconde Sebastián. ¿Cuál es su pasado? ¿Cuál fue el motivo de su desaparición? ¿Por qué ha vuelto ahora, después de doce años sin saber nada?

Los personajes son interesantes y algunos tendrán su propia historia en otros libros posteriores. El tratamiento de la familia también es muy revelador. Nos muestra cómo hay personas que no son capaces de pensar en otra cosa que no sean ellos mismos aunque hagan daño. Y cómo hay personas que luchan por aquellos que aman aunque esto signifique que sus propias necesidades quedan al final de su lista de prioridades. Es interesante ver como las personas tóxicas envenenan su alrededor aunque su entorno más cercano haga lo posible para que no se vean afectados. La máxima que las personas tóxicas tienen que estar lo más lejos posible, cobra sentido.

La originalidad de esta novela la encontramos en el encabezamiento de cada capítulo, que comienza con la frase de una canción conocida. Os recomiendo muchísimo que leáis el libro con la música al lado, el ambiente será mucho más propicio para crear ese sentimiento que, junto con las palabras, la escritora quiere transmitir.

Las metáforas con que nos describe las emociones más enterradas son claras y sencillas, como, por ejemplo, toda la historia del corsé, pero nos ayudan a entender que los comportamientos humanos, a veces incomprensibles para uno mismo, son evidentes para la gente que nos conoce y nos aprecia.

¿Y el sexo? Una novela romántica debe tener sexo, y tiene, pero, como el resto de la novela, es bonito, delicado y elegante.

Una novela romántica con la dosis justa de tristeza, que no empalaga y que describe algunas situaciones que todos hemos vivido, como puede ser un primer beso. Ambientada en un marco actual en el que las mujeres no se detienen porque tengan problemas ni esperan un príncipe azul que las rescate. Mujeres independientes que han luchado por su futuro y que no quieren retroceder en su entorno profesional por nada ni por nadie. Pero, ¿qué pasa cuando tu primer amor se presenta ante ti y desbarata todo tu mundo?

Si quieres pasar un buen rato leyendo y conociendo la historia de Sebastián y Cecilia, no esperes más. Anímate a leer Doce años y un instante.

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