26.7.16

UNA MADRE. Alejandro Palomas (reseña en castellano)

A sus 65 años Amalia consigue celebrar una Nochevieja con toda su familia. Durante esa única noche en que dura la novela, vamos a ser testigos de la fuerza, la ternura y el amor que puede dar una madre, aunque esta madre también esté marcada por sus propios fracasos. Hilos invisibles de protección y seguridad van a tejer esta emotiva y preciosa historia. Secretos, mentiras, una manera infantil de ver el mundo y golpes de realidad se van a mezclar junto con el presente y el pasado para dar paso a un maravilloso amanecer. 


TÍTULO Una madre
AUTOR Alejandro Palomas
EDITORIAL Siruela
AÑO 2014
PÁGINAS 248
GÉNERO narrativa contemporánea


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OPINIÓN PERSONAL


El 17 de septiembre se hará un club de lectura en la Casa del Libro de Barcelona de la novela Una madre de Alejandro Palomas. Perdonaréis mi ignorancia, pero no conocía a este autor y, como me encanta asistir a los clubs, esta novela era una de las que quería leer este verano, aunque no tenía más referencia que la de Mireia diciendo "te va a encantar, ya lo verás". Iba, pues, a ciegas. Cuando empecé leerla, dos cosas me llamaron la atención: que el tiempo de la historia no era lineal y que los personajes eran un tanto peculiares. En cuanto me adapté a este estilo de narrativa, empecé a disfrutarlo... y a devorarlo... y a hacer el ridículo más absoluto cuando, leyendo en pleno Passeig de Gràcia, no pude contener las lágrimas (y los sollozos) por una escena que aún me atasca la garganta cuando la recuerdo. ¿Acaso es un drama? En absoluto. Simplemente vas a sentir cómo las emociones van a apoderarse de ti. Vamos por partes.

Amalia es nuestra absoluta protagonista. Nuestra madre. Y aunque no es una madre típica, Alejandro Palomas logra personificar la esencia de la maternidad en ella. Ha sufrido por culpa de su marido y ahora está divorciada, pero el rasgo que más la define es esa mirada infantil con la que ve el mundo que la rodea. Es difícil crear un personaje que sea diferente, que sus parámetros mentales sean tan distintos al resto, que brille con luz propia y que provoque tanta ternura.

Eduardo es el hermano de Amalia. Canalla, guapo, divertido y con gran corazón.

Fernando es el narrador de esta historia y el hijo de Amalia. Acaba de salir de una relación fallida y se ha encerrado en sí mismo para no volver a sufrir un abandono. En el rol familiar, es quien da consuelo a Amalia.

Silvia también es hija de Amalia. Obsesionada con la limpieza y controladora en extremo trabaja de abogada y no es capaz de relajarse. Silvia va a sacar del atolladero a su madre en múltiples ocasiones.

Emma es la tercera hija de Amalia. Frágil, con una necesidad enfermiza de encajar y de ser querida, será la fuerza de Amalia, porque a causa de su tristeza, Amalia luchará y se dará cuenta de que es capaz de ser una buena madre.

Olga es la pareja de Emma. No conoce los secretos que esconde la familia y es la personificación del desconcierto que sentimos nosotros mismos al principio de la novela hacia las rarezas de esta familia. Lo que pasa es que, a medida que va avanzando la novela, más secretos conocemos y nuestra empatía crece, al contrario que lo que nos pasa con Olga, que, al no saber qué le pasa a la familia, cada vez parece más estirada y más fuera de lugar. Olga es esa parte de cada uno de nosotros que no encaja en la familia de nuestras parejas, ya que no hemos vivido las complicidades, los fracasos, los traumas, todo aquello que hace a las personas ser quienes son. La puesta en escena de la cena de fin de año nos demuestra que sin amor difícilmente se toleran las excentricidades y que en cambio con amor todo se perdona y se acepta. Por encima de todo, amar es no juzgar

La novela pone de manifiesto que las tristezas y las alegrías nos van moldeando y que cada experiencia nos golpea esculpiendo en nosotros. Parece que nada nos pueda afectar tanto que cambie nuestra esencia, pero, a medida que van pasando los años, nos damos cuenta de que no somos los mismos que éramos cuando empezamos a vivir.

El recuerdo de la abuela Ester es maravilloso. Si el escritor consigue captar la esencia de una madre a lo largo de toda la novela, es capaz de envolvernos con un manto de cariño y de ternura infinita cuando nos conecta con el alma de una abuela en apenas unas líneas. Da igual si los detalles que nos cuenta no encajan en nuestros propios recuerdos, para aquellos que hemos sentido el amor de una abuela, las palabras del escritor nos calentarán el corazón hasta sentir el dolor de la añoranza. 

El amor es dar y recibir. Cuando es unilateral duele, tal y como han experimentado todos los personajes, a quienes el amor de pareja les ha golpeado con fuerza; pero, en cambio, conocen el amor más puro e incondicional con su madre, que ama a sus hijos por encima de todo.

La estructura de la novela es original. El tiempo narrativo es una sola noche. Empieza mientras están poniendo la mesa y acaba con el amanecer del primer día del año nuevo. Pero, entre colocar los cubiertos y la llegada de los comensales, los recuerdos van aflorando en Fernando, que nos va a contar algunos de los secretos mejor guardados de la familia, sin orden, sin situarnos temporalmente lo que pasó antes o lo que pasó después, porque qué importa cuándo pasaron las cosas, lo que importa es que pasaron y la huella que han dejado. Y de eso va la novela. De lo que duele, de lo que da la felicidad, de los miedos, de la valentía, de que "No se puede encontrar la paz evitando la vida".

Una madre debe leerse con el corazón, ya que hace aflorar el cariño que sentimos por todos aquellos a quienes amamos. Con anécdotas surrealistas, va alternando la carcajada con la lágrima, pero como telón de fondo siempre está la ternura, infinita ternura. Estamos ante una introspección emotiva salpicada de disparates, aunque la familia descrita sea de lo más normal. Y lo que tienen en común todos estos personajes es la necesidad salvaje de amar y de ser amados. Amalia va a ser capaz de ayudar a sus hijos a sentirse completos. Es una maravilla.
"Y si tengo que hundirme para que flotes, me hundiré. Y si tengo que arrancarte del agua para que vivas, te arrancaré, duela lo que duela. Porque no tengo nada mejor que hacer en la vida, hija. [...] Para una madre, no."
El tema de la libertad es también complejo y muy interesante. Libertad para equivocarse. Libertad sin sentirse abandonado. Irse del nido. Volver. Tener un refugio.

Las palabras escogidas por Alejandro Palomas son pura poesía, porque evocan sentimientos en ti, y, aunque las situaciones no coincidan con tus propias experiencias las sientes como tuyas porque van directas a tu corazón:
"Se nos fue durante la noche, llevándose una pieza del rompecabezas de los que tuvimos la suerte de tenerla cerca y dejando un hueco con el gran porqué de su muerte, ese al que nadie ha sabido hasta ahora darle respuesta."
Lo que nos mantiene en vilo de esta novela son los secretos que arrastran los personajes. Aunque el misterio no es lo importante, sino las personas en sí, porque, como la vida misma, esta novela trata de las relaciones familiares (de las que unen, de las que separan), de la persona que se erige como un pilar que nos apoya y que junta unas mitades con otras, aunque las mitades no encajen entre sí.

Una madre atrapa por la belleza de sus palabras, por las reflexiones que lanza, por los múltiples detalles que te sensibilizan (la silla de las ausencias); porque, en el escenario en el que ha preparado la trama, la cena de fin de año, todo está preparado para que el lector sea un espectador de primera fila.

Ya para acabar (podría seguir escribiendo sobre Una madre) os dejo unos comentarios hechos en medios de comunicación sobre la novela:

"La clave de esta novela es el sentimiento de fascinación y desconcierto emocional del lector" (El Mundo)
"Una madre es una montaña rusa de emociones" (www.elplacerdelalectura.com)
"Conmovedora, entrañable, divertida y terrible, sí; pero, sobre todo, humana. De tan real" (ABC)
Solo me queda agradecer a Alejandro Palomas que haya escrito esta novela, ya que ha dejado una huella en mí.  

3 comentaris:

  1. La verdad que solo leo bondades de las novelas de Alejandro Palomas, pero sigo pensando que no son para mí. Tengo en mi haber la de Un Perro y espero poder leerla pronto, quizás me equivoque y termine totalmente cautivada. Magnífica reseña. Un saludo.

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    Respostes
    1. Gracias Alejandra. Creo que a esta novela se llega por recomendación como me ha pasado a mí. Quizás si la hubiera visto en una librería no me habría llamado la atención porque nada de lo que vemos: portada, sinopsis o las reseñas (como puede ser la mía) no se acercan ni de lejos a los sentimientos que provoca. Las palabras de Alejandro Palomas son como flechas de cupido que van directas a tu corazón y nada ni nadie es capaz de reproducir la atmósfera que crea para ti. Así que, aunque te parezca que esta novela no es de tu estilo, te recomiendo que le des una oportunidad y que la leas con el corazón. Es una preciosidad. Si te he convencido, ya me contarás. Un abrazo.

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  2. Pura poesía. Emotiva, intensa, delirante...he hecho la relectura para el Club del dia 17/09 y me he vuelto a emocionar, a enamorar de Amalia, de Fer, de Emma, de cada uno de los personajes que inundan la novela.
    Literatura en estado puro.

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