Amor y muerte en Gallow House
Las lectoras de romántica siempre vamos buscando cosas distintas. Nos encanta leer sobre la historia romántica de los protagonistas, el final feliz, la tensión sexual, los equívocos. Pero la estructura en la literatura romántica está tan pautada, que, aunque buscamos cosas nuevas, la mayor parte de las veces las historias se parecen entre ellas (y nos siguen gustando, que conste). Sin embargo, cuando encontramos algo diferente dentro del esquema de "dos se encuentran, se enamoran, hay un conflicto y lo resuelven", nos maravillamos, nos extasiamos y disfrutamos mucho más.
Pues esto es lo que pasa con Amor y muerte en Gallow House.
Lo más distinto que encontraremos es quizás el concepto del amor. El amor romántico en realidad está bastante reñido con nuestra realidad. Parece que solo encontramos amor de literatura en los libros. La frase "la literatura romántica es ficción" encierra, desde mi punto de vista, una verdad un poco triste. ¿Es que las personas que nos encontramos en nuestra vida no aman tanto como los protagonistas sobre los que leemos?
Pues esto es lo que le pasa a nuestra protagonista, Nora. Que además de los sentimientos normales que puede tener una chica de hoy en día, está obsesionada con los románticos, pero los románticos del s. XIX, que creían que el amor era obsesión, pasión, nada de sentimientos tibios para pasar el rato. Aquellos escritores hablaban de amar con desmesura. Como si te fuera la vida en ello. Y Nora quiere algo así para ella. Quierer amar así. Y quiere que la amen así. Lo ha intentado algunas veces, pero ninguno de los hombres con los que ha salido han llegado a sus altísimas expectativas. Total, el amor romántico solo existe en los libros...
Pero su hermana se va a casar con un noble inglés, en Inglaterra, que es la cuna de todos aquellos escritores a los que venera. Y Nora querrá escaquearse de ir a la boda. No quiere que Inglaterra (a la que también tiene en un pedestal) la pueda decepcionar tanto como la están decepcionando los hombres. Miedo de amar y de no ser correspondida. Primero con los hombres y ahora con un país. Ese carácter apasionado y al mismo tiempo retraído, la va a llevar algún que otro problema.
El misterio que rodea la trama de la novela, es un misterio romántico. Investiga sobre un misterio: el suicidio del hermano del novio (final romántico -del romanticismo del s. XIX, se entiende- donde los haya). Nora busca como un sabueso la respuesta a qué le pasó al hermano (cuando acabéis la novela, seguid leyendo un poco más). No le cuadra nada de lo que va descubriendo. Pero quizás lo único que está pasando es que Nora tiene demasiada imaginación y todo lo pasa por el tamiz de lo romántico.
Además, lo que para mí es lo mejor de la novela es la forma en que la escritora va desgranando los puntos claves del romanticismo del s. XIX para transformarlo en la novela romántica que tenemos hoy en día. Con habilidad y sutilidad, nos irá ilustrando sobre una etapa literaria que poco tiene que ver con nuestra novela romántica contemporánea pero que, sin embargo, considero que bebe de ella.
Aunque es una novela larga, Nora me atrapó desde el principio. Nora es una protagonista femenina absolutamente perfecta. Y es la que sostiene toda la novela. No me hubiera importado seguir leyendo sobre ella cuatrocientas páginas más. Divertida en un sentido entrañable, despistada, buena persona y protagonista de escenas extrañas y un tanto excéntricas. Maravillosa toda ella.
Con una prosa ágil e inteligente, Niina Mero ha conseguido que esta novela me haya encantado.
Los secundarios (todos los demás personajes son secundarios) son fascinantes. Ha perfilado perfectamente a todo un ambiente que gira en torno a ella. Estos secundarios tienen una parte de arquetipos porque lo más importante que hacen es dar dimensión a la protagonista principal.
Me ha encantado pasearme por Londres, por la Bodleiana, por Gallow House; exquisita ambientación casi sin ninguna descripción. No sé muy bien cómo lo ha hecho, pero me ha llevado allí desde el sofá de mi casa.
Y el final, maravilloso, con el que soñamos cada vez que nos lanzamos a leer una historia romántica: un personaje masculino estupendo que nos querríamos llevar a casa.
Estoy segura que esta novela va a gustar a todos los románticos, pero me refiero a los románticos de Bécquer, de Shelley, de Byron. Y también a los románticos contemporáneos que disfrutan de una buena historia de amor, en la que hasta el final no se desvelan los secretos que se han guardado celosamente. Y por supuesto a todos aquellos lectores que saben apreciar una buena novela.
FRASES
"Yo le tenía miedo a todo. Tal vez no tenía miedo a la muerte ni a la oscuridad ni a los espíritus, como mi hermana, pero en su lugar tenía miedo a las personas, al fracaso y al ridículo de tal forma que prefería eludir todo aquello que comportra el riesgo de sufrir todo lo anterior. Yo era lo contrario al atrevimiento".
"Siempre me enamoraba del chico más guapo de la clase, pero solo me correspondían los jugadores de rol ligeramente malolientes de la última fila. La vida me había enseñado que, cuando el amor te golpeaba los dedos con una regla, era mejor hacerse atrás con el menor ruido y no armar un escándalo".
"Solo era yo misma cuando estaba sola. Hasta cierto punto, temía aquel aislamiento y el vacío de mi alma al que me tenía que enfrentar cuando no tenía a nadie con quien pretender ser humana".
"Nunca me había ido bien estar en pareja, así que la conclusión natural fue que eso no era para mí. Pero ¿y si la cuestión era que aún no había encontrado al hombre correcto con quien compartir mi vida? ¿Y si aquello que parecía ridículamente increíble y utópico era justamente lo que necesitaba?".
"El amor es un privilegio de unos pocos. Muchos se casan, pero pocos aman de verdad".
"El amor es para los locos y los ingenuos. Requiere lanzarse descaradamente y creer en historias increíbles , igual que la religión, que promete la vida eterna".
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