2.12.18

CRÓNICA CLUB DE LECTURA "BUENAS INTENCIONES", de Anna Casanovas

El último club de lectura del año tenía que ser memorable. Y os aseguro que lo ha sido. La preparación del club y las emociones que lo han rodeado podrían haber sido material para la trama de una novela. Quizás el cansancio de todo un año pesaba en algunos corazones, pero doy fe de que la magia de la Navidad (casi a la vuelta de la esquina) se impuso y puedo afirmar contundentemente que el club de lectura fue un auténtico éxito. Gracias a todas las que lo hicieron posible.

Este club iba a ser distinto por muchos motivos, entre ellos, la presencia de nuestra querida Anna Casanovas, el apoyo de Mila Cahue y la asistencia de personas que no son habituales a nuestras sesiones. 

Habíamos pensado mil formas de, por ejemplo, distribuir las sillas para lo que, asumíamos, iba a ser una asistencia mayor de la que normalmente tenemos. Había una forma fácil de solucionarlo: poner a la escritora junto a Mireia, Mila Cahue y yo misma de cara a todos los demás, que estarían sentados en filas. Pero nos pareció que eso distorsionaba el espíritu de lo que debía ser un club: básicamente un diálogo entre las asistentes y la escritora. Por encima de todo tenía que ser participativo. Pero, claro, el espacio era el que es, y algunas tuvieron que sentarse muy atrás. Patricia, si estás leyendo esto (aunque ya lo hablamos al finalizar el club), te reitero mis disculpas, no se nos ocurrió otra forma de hacerlo, pero espero que tú (y todas las demás) disfrutarais de una sesión estupenda escuchando a Anna Casanovas. 

Como siempre, nuestro desayuno tardío reflejaba una vez más, el mimo con el que cuidamos a nuestro club. Esta vez, Mònica horneó unas galletas de mantequilla al más puro estilo inglés. Gràcies, Mònica.

Antes de empezar a desgranar los detalles de la sesión, me gustaría deciros algo más. Leí Buenas Intenciones pensando que estaba ante una adaptación de Persuasión, de Jane Austen. Pero a medida que lo iba leyendo más detalles no se correspondían con esa premisa. Anna Casanovas partía del argumento inicial de Persuasión, pero había más, mucho más. El ritmo pausado del inicio que te obliga a ir saboreando las frases estaba cociendo una novela a fuego lento. Cuando acabé Buenas Intenciones, tuve la misma sensación de cuando acabé Persuasión, era una novela memorable. Y la volví a empezar. Esta vez con bolígrafo en mano para ir preparando este club. Leyéndola bajo el prisma de que no era una adaptación de Persuasión fui descubriendo muchas más cosas, detalles, que en una primera lectura me pasaron desapercibidos. Pero ahora, después del club, con todo lo que nos ha explicado Anna, tengo muchas ganas de leerla una tercera vez. Creo que entonces podré captar la novela en toda su dimensión. Una novela en que cada vez que la lees descubres cosas nuevas es todo un reto que no se da habitualmente. Bueno... ¿empezamos? Anna Casanovas tiene cosas muy interesantes por contar.