20.9.15

Muerte de la luz. George R. R. Martin (reseña en castellano)

Clica sobre la bandera per a llegir la versió en català 

Dirk t'Larien recibe una llamada de socorro de una antigua novia, Gwen Delvano, y sin pensarlo demasiado decide ir a buscarla al planeta Worlorn, que está en plena decadencia. Este planeta, que está en una órbita errante, tiempo atrás fue muy importante, pero ahora está casi abandonado porque se acerca su muerte, ya que cada año se aleja más de su estrella.

Cuando Dirk t'Larien llega a Worlorn se encuentra con una situación extraña en la que se verá involucrado: un triángulo amoroso entre Gwen (que es una esposa cautiva, betheyni), su esposo (Jaantony Riv Lobo alto-Jadehierro Vikary) y el teyn de éste, su compañero de sangre (Garse Jadehierro Janacek), con quien le une a Gwen la relación de esposa cautiva compartida, cro-betheyni. En esta relación, el amor, el odio y la lealtad convivirán abiertamente, y se hará patente que un matrimonio de tres, aunque esté inicialmente aceptado, es casi imposible cuando el amor no se reparte entre las tres partes. Los dos hombres son kavalares, cuya cultura está formada por tradiciones complejas y rígidas, y cuyos habitantes están organizados en clanes fuertemente anclados en los valores del honor y la lealtad.

Una trama política, amorosa y de lealtad atrapará tanto al lector como al propio protagonista narrador de esta historia, Dirk t'Larien. Y su conclusión nos dejará un sabor agridulce. Coge la mano del narrador y no la sueltes, ya que cuando aterrices en Worlorn estarás tan perdido como él y necesitarás conocer bien las costumbres del planeta para seguir con vida.

George R. R. Martin nos deleita con su primera novela, publicada en 1977, que está muy lejos de su famosísima saga Canción de Hielo y Fuego, y que se resume como la "novela más romántica y cautivadora que ha dado la ciencia ficción". Y, aunque hay detractores de esta definición, yo estoy completamente de acuerdo. Un AMOR con mayúsculas. Aquél que no tiene sentido, que lucha aunque no sea correspondido, el que te proporciona la lealtad incondicional, el que te aferra a tu tierra, el que parte de la misma esencia de quien eres y se convierte en el alma de su depositario. Amor a un hermano, a tu país, a tu amante, a tu recuerdo de un amor pasado. Amor al fin y al cabo. Y todo eso lo veremos aquí. 

Hay que tener en cuenta que es la primera obra de George R. R Martin, y se nota. ¿En qué? Pues en que ¡¡es demasiado corta!! Con todo el material que contiene la novela, con 300 páginas no tenemos ni para empezar, y claro, al comprimir tanto las ideas, al principio resultan un poco incomprensibles. Cuando aterrices en Worlorn, no vas a entender nada, pero la historia te va a cautivar de una manera tan visceral que querrás seguir leyendo y no parar. 

El escritor recrea un mundo tan diferente al conocido que tu propia fantasía se va a disparar, y en el fondo pensarás: ¿qué clase de don tiene el escritor para imaginar universos tan distintos? Las descripciones del planeta son una exaltación a la maravilla, a la fantasía, a la imaginación, a un mundo de posibilidades, a jugar a ser Dios y ser creador. Leerlo es un puro gozo.

Otra dificultad que vas a encontrar son los nombres de los personajes. Además de que son largos y complicados, dependiendo de la relación que se establece con cada personaje, éstos van a tener el derecho o la obligación de llamarlos de una manera o de otra. Así pues, tenemos que, por ejemplo, a Jaantony Riv Lobo alto-Jadehierro Vikary se le llama por estos nombres: Jaan, Jaanntony, Jadehierro y Vikary (es posible que me haya dejado alguno); ves cogiendo la libreta y ves apuntando los nombres porque si no te vas a perder y no sabrás de quién están hablando. 

La caracterización de los personajes es vaga e imprecisa porque casi todo lo vemos a través de los ojos de Dirk t'Larien, lo cual hace que tu propia opinión al principio sea poco objetiva y se vaya formando mientras vas cogiendo la distancia que necesitas, porque, evidentemente, tú no estás enamorado de Gwen. Lo que en principio es: o me ayudas a llevarme a Gwen (eres bueno y leal) o me impides llevarme a Gwen (eres lo peor y mala persona), se va a llenar de matices (característica que también vemos en la saga Canción de hielo y fuego) porque todo el mundo tiene sus razones ocultas para actuar como lo está haciendo.

Encontramos en este planeta moribundo una gran metáfora a los sentimientos de los protagonistas: la tristeza por la muerte de un amor pasado, la angustia por la muerte de una relación condenada al fracaso, la agonía sobre la duda de la fidelidad y de la lealtad, la belleza del ocaso, la depresión de la culpabilidad, la realidad del dolor, la parálisis del miedo, la emotividad del sacrificio..., en definitiva, encontramos amor.

Para los amantes de la literatura de ciencia ficción, para los seguidores de G. R. R. Martin, para los lectores jóvenes y menos jóvenes, para aquéllos que disfrutan con la belleza de las palabras y son capaces de extraer de la ficción las emociones que nos hacen sentir humanos, para todos vosotros os va a gustar Muerte de la Luz.




Cap comentari:

Publica un comentari a l'entrada