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"El menor de la camada", de Alejandro Aguilar, es una novela de ciencia ficción en la que encontramos un universo formado por humanos que han desarrollado facultades especiales, que están organizados en cuatro castas que responden a cuatro ciencias fundamentales: designadores, escrutadores, naturales y fuertes.
Los designadores dominan la ciencia de la Lengua y son capaces de comunicarse mentalmente entre ellos y con las máquinas.
Los escrutadores dominan la ciencia de la Observación y pueden ver las emociones de los demás a través de los colores y son capaces de manipularlas.
Los fuertes dominan su propio cuerpo, que tiene una fuerza y una capacidad extraordinaria, y el arte de la guerra. Pueden revivir en otro cuerpo cuando el suyo empieza a mostrar los primeros signos de decadencia. Son inmortales.
Los naturales dominan la ciencia de la vida y la muerte. Son quienes se encargan de hacer el traspaso de los recuerdos de un fuerte a un cuerpo nuevo.
Además hay todo un universo de humanos, hombres huecos, cyborgs, nómadas, hijos de la verdad... que nos van enriqueciendo este mundo inventado.
Cada personaje es complejo en sí mismo, porque aunque está marcado por la educación y el ambiente en el que se ha criado, cada uno es único frente a los demás. ¿Os imagináis cuántas cuestiones se suscitan con las habilidades que tiene cada uno?
La novela empieza con un escrutador llamado Arez castigado a permanecer en un tanque de gelatina donde sólo siente dolor, odio e impotencia. Un traidor a su casta. Sin saber cómo, su mente penetra dentro del cuerpo de una mujer hueca que se llama Ociouno creada para el placer de su amo, es una esclava sexual. Arez escapará provocando la muerte de su amo. Y que una mujer hueca se revele contra su amo es una contradicción tan grande que hará tambalear los cimientos del orden establecido. Cada casta buscará a Ociouno por distintos motivos, y Arez conocerá a personas que le harán cuestionarse su propio yo. ¿Quién es? ¿Arez o Ociouno? ¿Hombre o mujer?
Pero por encima de todo Arez/Ociouno será una pieza de dominó que arrastrará a toda una galaxia, un guijarro en el estanque que provocará ondulaciones en todo el universo conocido, ondulaciones que se convertirán en verdaderos cataclismos que destruirán los pilares fundamentales en los que está basado este engranaje social.
Si de momento todo lo que habéis leído en esta reseña os está gustando, os aseguro que la novela superará vuestras expectativas más elevadas. Vais a requerir mucha memoria, primero porque hay tantos personajes, razas, planetas, características, que lo vais a necesitar, pero sobre todo porque vais a tener que relacionar muchas cosas. En esta novela, además de la aventura fantástica que vais a vivir en primera fila, vais a ser testigos de la coherencia interna que tiene. Nada se escapa, todo tiene sentido; el escritor hilvana una realidad paralela en la que todo cuadra. Y os aseguro que no es nada fácil. Una puntualización: ¡No hace falta que lo apuntéis todo para recordar quién es quién! Al final del libro hay un glosario y allí podréis ir consultando vuestras dudas. Yo, debo confesar, no lo vi hasta que llegué al final, aunque se indica su existencia al principio del libro, y os recomiendo que imprimáis las páginas del glosario de definiciones porque con el dispositivo digital es un poco lioso.
El prólogo del libro indica que debéis liberaros de ideas preconcebidas, porque el universo que nos va a mostrar va a ser completamente desconocido. Hacedle caso. Incluso el tiempo se mide en otros parámetros (ciclos, rotaciones, lunas, translaciones...).
La ciencia ficción, al igual que la fantasía, nos presenta un mundo inventado donde las alegorías nos ayudan a poner en perspectiva nuestro propio mundo. De la misma forma que pasa en Star Trek, por ejemplo, donde cada episodio nos narraba una aventura con un problema moral como telón de fondo, en "El menor de la camada" encontramos muchos dilemas que cada personaje va a afrontar de distinta manera. La esclavitud contra el libre albedrío y la libertad. La esperanza de superarse contra el determinismo. Y, por encima de todo, la búsqueda del yo. Tres grandes temas que Alejandro Aguilar explora desde distintos ángulos. Es una novela profunda que os hará reflexionar sobre nuestro propio mundo.
Un aspecto que se podría mejorar de la visualización del texto es la manera de marcar el cambio de escena. Las últimas páginas incorporan el logo de la editorial extinta e-ditores en cada cambio, lo cual facilita enormemente la comprensión de la trama, ya de por sí intensa, pero la mayor parte de la novela hace los cambios de escenario sin ningún aviso visual, aunque la parte buena de todo esto es que os obliga a releer alguna página y así no os perdéis ningún detalle.
El ritmo de la novela tiene algunos baches. La acción es trepidante y las 100 primeras páginas te dejan sin aliento, en una persecución que acelerará vuestro propio corazón, pero el escritor está creando un universo nuevo que precisa de muchos detalles que son necesarios para entender el conjunto, pero que ralentizan la trama. Por suerte, el libro es tan magnífico que incluso los pormenores de las castas son intrínsecamente interesantes, lo que hará que la combinación entre acción y descripción bailen una danza perfectamente sincronizada que os dejará embelesados.
Después de una novela absolutamente recomendable que te hará desear conocer hasta el último recoveco del Viejo Dominio, y de estar convencida de que esta era una primera novela de una gran saga resulta que... ¡ya no hay más! Buscando por Internet, he visto que hay anuncios de juegos de rol e incluso el final del libro anuncia una continuación, pero yo no he encontrado nada más. Por favor, lectores, no nos podemos quedar aquí. Sé que cuando leáis "El menor de la camada" vais a querer más. No tengo ninguna duda. Tenemos que animar a Alejandro Aguilar a que siga escribiendo. No os quiero desvelar el final, pero... ¡es que quiero más!
Si cuando acabéis la lectura de la novela, os sentís como yo, escribidnos un comentario que me comprometo a hacer llegar al escritor.
No encontraréis esta novela en papel, tan solo está disponible en e-book y en Seebook, que es como lo he leído yo. Os aseguro que la vais a disfrutar. Ahora mismo soy como Sheldon Cooper de "The Big Bang theory" pidiendo la continuación de una serie estrella.
Magnífica como Star Trek. Trepidante como "El señor de los anillos". Con personajes tan ricamente trabajados como la saga "Canción de hielo y fuego" (la serie Juego de Tronos). Con la profundidad moral de Brandon Sanderson. Todo un hallazgo.